Puertas

Ocho puertas tiene la Basílica ilicitana para pasar de la vida cotidiana al espacio sagrado. Se evidencia que aunque el edificio es un auténtico monumento, lo que más cuenta es la comunidad de personas creyentes. El verdadero templo es la asamblea de los reunidos en nombre de Jesús. Ante la puerta Mayor es la propia Virgen María en su Asunción quien nos recibe y nos acompaña a encontrarnos con su Hijo. Y los ángeles que luchan  con dragones impiden que el mal entre en el lugar consagrado.

Puerta Mayor

 

La puerta principal del templo es la denominada porta Major o puerta Mayor que se abre a los pies de su nave central y se orienta hacia poniente, en la denominada plaza de Santa María. Está ornamentada con una portada-retablo que resulta ser una de las más importantes muestras del barroco valenciano, obra del escultor Nicolás de Bussy, que la concluyó en 1682.
Las grandes puertas, situadas en un acceso con forma de arco de medio punto, aparecen forradas de hojalata y claveteadas. Presentan, como las restantes puertas del templo, dos llamadores de bronce que nos recuerdan el derecho de asilo que la Iglesia concedía a los perseguidos por la justicia civil. En el centro de sus postigos se distinguen dos grandes mirillas rectangulares, acristaladas y reforzadas con una reja en forma de monograma mariano (las letras «M» y «A» entrelazadas), que permiten n contemplar, de día y de noche, el interior de la iglesia, especialmente la imagen de la Patrona de la ciudad, entronizada en su camarín del altar mayor.
Esta puerta de acceso se halla flanqueada por basamentos cuadrangulares sobre los que se distinguen diversas figuras. De fuera a dentro podemos observar un relieve de un ángel niño que lucha contra un dragón -el bien impidiendo que el mal entre en la iglesia-, que se une al entablamento superior mediante una espira rematada por un querubín con las alas cruzadas. A continuación, una pilastra con capitel en forma de cariátide a cuyos pies figura un adorno frutal. Junto a ella, un conjunto de tres columnas con capiteles corintios: la primera de fuste liso, la siguiente de fuste estriado y la tercera, con base estriada y parte superior salomónica con relieve vegetal.
Estas columnas y figuras sostienen un entablamento corrido que se curva e interrumpe sobre el arco de la puerta para dar cabida a la hornacina central de la portada. En la clave de dicho arco se observa una cartela con el monograma de María flanqueada por dos ángeles que tañen trompetas. La citada hornacina central está ocupada por un grupo escultórico que representa la Asunción y Coronación de la Virgen: la Madre de Dios asciende recostada sobre un cúmulo de nubes sostenido por varios ángeles niños y la Santísima Trinidad, en alto relieve, la corona como Reina de la creación. Esta hornacina se remata con una cartela en la que puede leerse: «El Ilmo. Sr. D. Antonio Sánchez del Castellar, obispo de Orihuela, concede 40 días de indulgencia a quien rezare: Ave María. 1682».
Sobre el entablamento referido se eleva el segundo cuerpo de la portada. A ambos lados de la hornacina central, las imágenes de los apóstoles Pedro y Pablo, columnas de la fe cristiana. En su parte posterior, un nuevo basamento rematado en sus extremos por pebeteros flamígeros, sobre el que se abre una segunda hornacina, de menor tamaño que la central. En su interior se cobija la imagen de San José, que porta el báculo florido de la tradición, con el Niño Jesús en brazos. En sus laterales, dos nuevas pilastras adornadas con pomos de frutas y rematadas por cariátides. Figuran sostener una cornisa en la que, flanqueado por dos búcaros con flores, se sitúa un doble escudo. Pertenece al ducado de Arcos y marquesado de Elche, pero no se distinguen sus armas ya que fue picado durante los sucesos del motín de Esquilache (1766), que en nuestra ciudad adquirieron un claro carácter antiseñorial. A ambos lados de esta segunda hornacina se descubren dos columnas de fustes estriados, con su parte inferior ondulada y con capitel corintio, que sostienen un frontón triangular interrumpido en su centro para dejar paso al escudo mencionado que remata la portada.
A la derecha de ésta se levanta un muro sin ornamentación en donde se distinguen tres lápidas de mármol con inscripciones relativas a la festividad de la Venida de la Virgen a Elche, tradición que nos relata la aparición milagrosa de la imagen de la Patrona de la ciudad en el interior de un arca que flotaba en las aguas del Mediterráneo cercanas a la ciudad en 1370. La lápida más cercana a la puerta Mayor fue realizada en 1870 con ocasión del V Centenario de dicha Venida y dice así: «A María de la Asunción en la primer fiesta centenar celebrada en el 5º de su milagrosa Venida. Día 29 de diciembre de 1870». Y en sus cuatro ángulos puede leerse: «La Sociedad titulada la Venida de la Virgen». Esta Sociedad, creada en 1865, es la responsable de la organización anual de las fiestas.
La siguiente inscripción hace referencia a la reposición de la imagen de la Virgen y de las propias fiestas de la Venida en 1940, al término de la Guerra Civil: «A Nuestra Señora de la Asunción filial homenaje de amor y gratitud en memoria de su Venida en 1940 con motivo de la restauración de la tradición iniciada en 29 de diciembre de 1370. La Sociedad Venida de la Virgen». Y la tercera lápida fue colocada en 1970 durante las fiestas del VI Centenario de la tradición mariana: «A la Virgen María en su advocación de la Asunción con motivo de la celebración del VI Centenario de su Venida. 29 diciembre 1970».
A la izquierda de la puerta Mayor se observa la torre o campanario de la iglesia en cuya base se abre su pequeña puerta de acceso. Sobre ella, dos lápidas gemelas con inscripciones en lengua latina. Una de ellas hace referencia a la propia edificación del templo en 1673: «En el nombre de Jesucristo. Ilice, vencedora, augusta colonia inmune, en honor de la augusta vencedora, inmune Madre de Dios, Virgen María, esta basílica a ella en otro tiempo dedicada, reedifica, amplía y otra vez dedica, ofrece y consagra. Año 1673».
La segunda nos habla de los santos ilicitanos de época romana y de los prelados del antiguo obispado existente en Elche en la época visigoda: «Santos ilicitanos Agatángelo, Flaviana, Bibiana, Dafrosa y Corona, que triunfasteis en el tiempo de los romanos, ilustrando ésta vuestra patria (entonces ciudad), orad por nosotros. Obispos ilicitanos Sanabi, Serpentino, Winibal, Leander, Emila y Epa, que florecisteis en tiempo de los godos, gobernando ésta vuestra iglesia (entonces catedral), descansad en paz».
En diferentes muros exteriores de la Basílica se distinguen algunas inscripciones realizadas en color rojo. Se trata de vítores procedentes del siglo XVIII dedicados a aquellos predicadores que impresionaron a los fieles con sus brillantes sermones. Suelen iniciarse con el monograma de la palabra «Victoria» y contienen el nombre del predicador, algún símbolo que permite identificar la orden religiosa a la que pertenecía y la fecha de su predicación.

Puerta de San Agatángelo

 

En la parte norte del templo, junto a la base del campanario, se descubre la puerta de San Agatángelo, también llamada de Fauquet, en recuerdo del arquitecto que dirigió las obras de Santa María entre 1681 y 1719. La ornamentación de esta portada también es obra del escultor Nicolás de Bussy.
La puerta, en forma de arco de medio punto, está flanqueada por dos pilastras que sostienen un entablamento con ménsulas: la segunda de las pilastras de la derecha y su decoración superior simulan doblarse sobre el campanario, que queda integrado a la portada, demostrando la inspiración y buen hacer del artista.
Sobre el entablamento se abre una hornacina enmarcada con molduras vegetales en cuyo interior se cobija la imagen de San Agatángelo, mártir del siglo IV que la tradición local hace nacer en la Ilice romana y que fue nombrado Patrón de Elche en 1683. En los extremos de este cuerpo figuran adornos en forma de pirámides rematados con esferas. La hornacina central está coronada con un frontón curvo, ornamentado también con pirámides, que se interrumpe en el centro para dejar paso al relieve de un ángel que porta en sus manos la palma del martirio y del triunfo sobre la muerte.

Puerta del Órgano

 

En el crucero del Evangelio se abre la puerta denominada del Órgano –sobre ella se halla el órgano de la iglesia- o también del Cementerio ya que en este lugar se creó en 1787 el cementerio parroquial. Desde época más reciente se la conoce asimismo como puerta del Congreso Eucarístico ya que por ella partió la procesión con la que se culminó el IV Congreso Eucarístico Diocesano, celebrado en Elche en mayo de 1948.
Su ornamentación es más sencilla que la de las puertas anteriores. Tiene también forma de arco de medio punto y en sus extremos se sitúan dos pilastras de fuste almohadillado que sostienen el entablamento. En el centro de éste, una cartela con el monograma mariano. Y en los huecos entre el arco y la cornisa, sendas cartelas que muestran la letra «A» (inicial de Asunción). El segundo cuerpo de esta portada presenta en su centro el hueco de una ventana cegada al instalarse el órgano en el interior del templo. En este hueco se observa una lápida conmemorativa del citado Congreso Eucarístico que indica: «Adorado sea el Santísimo Sacramento. Mayo 1948. Ave María Purísima. Durante los días 6-7-8 y 9 se celebró en esta ciudad el IV Congreso Eucarístico Diocesano presidido por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Orihuela Dr. D. José García Goldáraz y con la asistencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Sigüenza Dr. D. Luis Alonso Muñoyerro».
La lápida está flanqueada por dos pilastras también de fuste almohadillado y dos pebeteros flamígeros. Y la portada se remata con una cornisa que sostiene pirámides y esferas y en su centro un frontón curvo sobre zócalo, coronado con otro pebetero con llamas.
En una ventana, también cegada, situada junto a esta puerta se distingue un panel cerámico dedicado a conmemorar el cincuenta aniversario de la recuperación de las fiestas de la Venida de la Virgen a Elche, en diciembre de 1990.

Puerta de la Comunión

 

En el lado de levante se abre una única puerta, la del Combregar o de la Comunión, también conocida como del Santísimo Sacramento. Su decoración es muy sencilla: el acceso en forma de arco de medio punto presenta dos pilastras acanaladas que sostienen un entablamento rematado con un frontón triangular. En su centro, una moldura circular en forma de nubes que circundan una cáliz con hostia del que parten ráfagas de luz.
Esta puerta conduce al antiguo vestíbulo de la capilla de la Comunión, convertido actualmente en el Museo de la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche (MUVAPE).

Puerta Chica

 

La porta Xiquica o puerta Chica no presenta decoración alguna ya que se trata de una puerta de servicio que comunica directamente con el vestíbulo de la sacristía. De pequeñas dimensiones, tiene forma rectangular y sobre ella se abre una ventana con reja.

Puerta del Sol

 

En el extremo del crucero de la Epístola se halla la puerta del Sol. Tiene forma de arco de medio punto y la flanquean dos medias columnas estriadas con su parte inferior decorada con rocallas, veneras y las fi guras del sol y la luna. En la parte exterior de tales columnas, sendas pilastras y relieves laterales con rocallas, veneras y querubines. En el centro del entablamento superior, una cartela con la figura del sol que da nombre a la puerta.
En el segundo cuerpo se halla una ventana con reja enmarcada con dos pilastras. Y en sus extremos laterales, sendas pirámides rematadas con esferas, así como relieves con rocallas y elementos vegetales. Sobre la ventana, una segunda cornisa que se curva en el centro para albergar un monograma mariano rodeado por tres querubines. Bajo éstos, un relieve que representa una corona con ramas de roble entrelazadas, símbolo del triunfo. La portada se remata con pirámides con esferas y pebeteros flamígeros. Fue realizada hacia 1730 por los hermanos Irles, canteros ilicitanos.

Puerta de la Resurrección o de San Juan

 

En la fachada norte de la nave, opuesta a la puerta de San Agatángelo, se abre la llamada puerta de la Resurrección, conocida popularmente como puerta de San Juan por la confusión al identificar la imagen que la preside con la de San Juan Bautista. Sin embargo, las señales de la crucifixión en las manos y costado de la figura no ofrecen duda sobre su nombre correcto que, además, procede de la iglesia de Santa María anterior a la actual.
La puerta tiene también forma de arco de medio punto flanqueado por pilastras que sostienen un entablamento en el que descansan varias ménsulas. Sobre éstas se forma una segunda cornisa en la que se abre una hornacina con pilastras. En su interior, la figura de Cristo resucitado saliendo del sepulcro, muy posiblemente la misma que esculpió el mencionado escultor Francisco de Ayala en 1576. A ambos lados, pebeteros con llamas.