Puertas
Ocho puertas tiene la Basílica ilicitana para pasar de la vida cotidiana al espacio sagrado. Se evidencia que aunque el edificio es un auténtico monumento, lo que más cuenta es la comunidad de personas creyentes. El verdadero templo es la asamblea de los reunidos en nombre de Jesús. Ante la puerta Mayor es la propia Virgen María en su Asunción quien nos recibe y nos acompaña a encontrarnos con su Hijo. Y los ángeles que luchan con dragones impiden que el mal entre en el lugar consagrado.